El martes no tenía secuaces ni peones. El miércoles, particularmente el miércoles, no existían arreglos ni pasamontañas (para no dejar huellas), el domingo perdió su brújula sin agujas (para encontrar huellas), el lunes no recogió en la despensa sus guantes de goma talla media (para no dejar huellas), el martes ya nadie entendía sus estornudos y hoy, hoy decidió no explicarse y lo decidió porque perdió su diccionario de palabras sueltas, palabras urdidas, palabraspalabras.
Se da cuenta que sin sus artefactos y sin sus clásicas historias tenía más que decir, entonces se aferró a todos sus miedos, a sus paradas y pérdidas de memoria y les fabricó guantes de goma, les encontró una brújula sin vidrio y un pasamontañas…pero sus vivos miedos, sus continuas paradas y las perdidas de memoria no los quisieron, ya no les calzaban, ya no era necesario, porque, “por fin”, tomaban su propio peso y se trasformaban y se mostraban y eran, y eran porque sí
Recordó que tenía una deuda pendiente y prometió no pagarla….recordó sus carpetas de copia-pega y las borró sin titubear, entonces se quedó desnuda, desprovista de palabras amigas, sin sus máscaras de rigor y sus uñas a medio crecer…
Prometió nuevamente no dar explicaciones, salvo a los teléfonos públicos, a los adoquines disparejos, a los semáforos y a las calles que no recordó haber cruzado.
Tomó un lápiz sin punta y decidió escribir, no dejar de escribir,,,,,y lo hizo, por fin lo hizo,,,y lo que leyó fue lo más hermoso y sensato que jamás escribió.
Ahora empieza la fiesta…
Por fin empieza la fiesta.
Se da cuenta que sin sus artefactos y sin sus clásicas historias tenía más que decir, entonces se aferró a todos sus miedos, a sus paradas y pérdidas de memoria y les fabricó guantes de goma, les encontró una brújula sin vidrio y un pasamontañas…pero sus vivos miedos, sus continuas paradas y las perdidas de memoria no los quisieron, ya no les calzaban, ya no era necesario, porque, “por fin”, tomaban su propio peso y se trasformaban y se mostraban y eran, y eran porque sí
Recordó que tenía una deuda pendiente y prometió no pagarla….recordó sus carpetas de copia-pega y las borró sin titubear, entonces se quedó desnuda, desprovista de palabras amigas, sin sus máscaras de rigor y sus uñas a medio crecer…
Prometió nuevamente no dar explicaciones, salvo a los teléfonos públicos, a los adoquines disparejos, a los semáforos y a las calles que no recordó haber cruzado.
Tomó un lápiz sin punta y decidió escribir, no dejar de escribir,,,,,y lo hizo, por fin lo hizo,,,y lo que leyó fue lo más hermoso y sensato que jamás escribió.
Ahora empieza la fiesta…
Por fin empieza la fiesta.
4 comentarios:
Es mejor que pesen antes las palabras... Me gustó. Me gustó mucho.
Al parecer estamos de vuelta, se te extrañaba mujer.
Pablo I.
Soledad, eres lo más sensato y honesto que he conocido, como lo más hermoso que has escrito sin escribirlo.
Como Pablo I, yo también te extrañaba, no te apures, tómate el tiempo que necesites, el lapiz sin punta te hará bien por ahora.
Carlo cardena.
guauu,,,gracias, muchas gracias..
guau
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