jueves, 3 de enero de 2008

A PROPÓSITO DE LA PSU


Tenía 18 y mi afán persistía, cualquiera fuera el síntoma, el camino, el riesgo, cualquiera fuera la puerta de entrada o eventualmente la ventana de salida. Las decisiones tenían mil caras y en cualquiera de ellas la excusa sólo importaba si esa ventana de salida era tan amplia como para arrancar si mi equivocaba astucia necesitaba desaparecer en ese preciso segundo.
Los 18 tienen ese dulzor, los 17 lo anticipan y de allí en adelante ni siquiera el diablo y sus endemoniadas advertencias pueden detenerte.
Recuerdo que al salir de cuarto medio, con un cuatro y algo clavado en el pecho y en mi cuasi incipiente futuro académico, sentía que podía llegar a las nubes, medicina lo descarte, no precisamente por mis notas (que torpeza) y el resultado de la Prueba de Aptitud Académica (así era entonces), sino que la sangre significaba para mi solo un sello de pactos importantes y no una sustancia con la que trabajaría el resto de mi vida, lo demás era causa de desmayo.
Los 600 puntos no significaban nada más que cerrar puertas, pero los incipientes institutos y universidades privadas podían significar algo, algo vergonzoso pero finalmente algo.
Mi familia tenía antecedentes en “aulas universitarias”, ese camino grato, virtuoso y excluyente, pero yo sólo era una hermosa mujer (por qué no decirlo), de pelo travieso y rostro agitanado y con 600 puntos en la cartola de postulación (mi primer intento eh).
Psicología, sociología, periodismo, artes visuales, etc. Se convertían en ese entonces en un atisbo de lo que finalmente buscaba, aunque no buscara nada. Ese concepto humanista, desenfadado, hipiento, alternativo y decente a la vez, me incitaron a decidir por “las comunicaciones”, esas ansias de figurar sobrepasaban cualquier limite...como pasa el tiempo, las formas y el fondo,,,,,,
y no, no estoy más vieja, estoy más sabia...
Finalmente me matriculé, no precisamente en “aulas universitarias”(en ese tiempo podía darme el lujo de intentarlo 3, 4 , 5 o 6 veces).. sino que me matriculé en un gran edificio de cemento con olor a dinero educativo... (tenía su lado amable, luego se los cuento),,, pero el trasfondo era el mismo "educar'sss"...
se me ha venido a la memoria este lapsus porque veo revoloteando a cien niñitas con cara de pregunta, odiando a sus mamás y sin la menor idea de lo que quieren hacer,,nunca pensé estar a este lado del circo,,,pero bueno,,,ya han pasado por aquí 2 carreras (terminadas..."suena bien"), en cemento y prados "universitarios",,,asi que me atribuyo el derecho...
Recuerdo mi primer día, una sala de clases con el mismo sabor a cemento que el de los hospitales, claro que con más plata invertida....
Sigo luego…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Entretenido tema y da para mucho.......yo fui uno de esos que por primera vez, sin ni siquiera saber de que se trataba, entre a una ingeniería en valparaiso.........jajaja.....penosa actuación......tres años para olvidar en lo academico.....realmente penoso...........pero nom todo perdido......tres años de prados y aulas "etílicas universitarias", en las cuales aprendí a conocer muchas personas e historias..........compartí...lloré......reí.......me enamoré.......me caí......me quebre un diente..........en fín.....etc......pero ahora con un título de ingeniero civil (mi segunda oportunidad), con 29 a cuestas......doy gracias a ese tiempo que creí perdido..........nunca fue tal.......fueron años en los cuales logre mejorar y madurar muchas cosas, que finalmente me permitieron convertirme ne la persona que hoy soy.......seguro, maduro.....y con muchas experiencias a cuestas, de las cuales siempre me recuerdo..........disculpen lo extenso.....entretenido esto......Saludos.
Se me olvidaba, lo que jamás se me ha olvidado son como lucen los atardeceres desde la universidad (utfsm)......los que conocen valpo me entenderan..........eso es lo que mas extraño........

Soledad Burgos dijo...

jajaj, recuerdi el diente,,,,,
saludos

Anónimo dijo...

jajaja....si supieras cuantas veces me he sacado el implante...puf..ahi si que te reirias.......recuerdo una en la cual me golpie con una botella de cerveza al beber de esta (obviamente cocio....), otra en trabajos voluntarios arriba de una camioneta por no sujetarme bien...(cocio otra vez)........ppffff.......tiene más historias mi diente.....por suerte mi hermano es dentista.......jajajaja...esta cosa de recordarse es muy entretenido...juajuajua.....saludos

Anónimo dijo...

La palabra de esta nota es "colega".

(Ya encontré lo que buscaba, regreso a casa...)

Gonxalo Oyanedel dijo...

Se acabó: Te añado a los favoritos de mi blog