La suerte estaba echada. Se casaría un 9 de noviembre por la iglesia, lo que no es menor, considerando que aquellos ritos le parecían un tanto fantoches. Dios sería su testigo, pero ella lo prefería testigo de conciencia y no de rosetones en las bancas de una iglesia. Sin embargo las tradiciones pesan en el fondo y en la forma, así que la familia tendría fotos, videos y ella… “su propio álbum”.
Ella decidió que Dios SÍ sería su testigo de conciencia… y NO se casará. No habrá fotos, no habrá videos, ni pensar en un álbum….
Ella pensó entonces en pedir perdón, pero Dios le insinuó que no había pecado.
Ella decidió que Dios SÍ sería su testigo de conciencia… y NO se casará. No habrá fotos, no habrá videos, ni pensar en un álbum….
Ella pensó entonces en pedir perdón, pero Dios le insinuó que no había pecado.
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