domingo, 4 de noviembre de 2007

MI HUMILDE CONSEJO


Qué te puedo decir, los remesones vienen por tres decía mi abuela Luisa y las replicas duran hasta que simplemente las ignoras.
Es difícil dar consejos, ponerse en tu lugar, recetarte secretos para olvidar y pasar las penas, es difícil pretender que todo pasará y que cortar o cambiar el color de tu pelo, ir de compras, pintar tu pieza, irte un rato el fin de semana, releer tus agendas, o morirte, cambiará las cosas.
No, las cosas no cambian, las cosas son lo que por derecho les antecedió y ocupan el lugar que tienen que ocupar, nos moleste, nos incomode o nos parezca injusto…sencillamente hay que poner la otra mejilla (esto lo dijo un barbón bien sabio).
Siempre buscamos la mejor excusa para derivar las culpas, llorar y lamentar nuestra suerte, pero muy pocas asumimos que nos equivocamos y que algún remesón vendrá por aquello y es lógico, no hay otra forma de no repetirlo,,,hiciste las cosas mal, pero si eres y estás realmente donde pienso, no volverá a suceder, entonces asume la crisis como “tu oportunidad de crecer”, no le saques la vuelta, pide perdón, perdónate y llora lo que tengas que llorar porque te lo mereces.
Pediste ayuda, pues el mejor salvavidas es reconocer que uno no es infalible y que asesinar señor, se lleva en los huesos y en cada respiro.

5 comentarios:

Fernando García-Lima dijo...

Ay, Soledad, qué susto de foto!!

Gracias por la visita :-)

Soy de los que opina que las cosas cambian... que somos cambio y sólo cambiando vivimos y crecemos.

¿El asesino nace o se hace?

Besos

Anónimo dijo...

Gracias por el beso y porqué no usted mirada él encima de nuestro intento aprende el sueco
Andreas
aún más hermoso

Soledad Burgos dijo...

APRENDERÉ SUECO.

caravaggio dijo...

uf, que escalofrío da lo que asesinar se lleva en los huesos. pero creo que es verdad, entre el hueso y la carne.
saludos

JC77 dijo...

Desde luego que lo entiendo Soledad ;)

Veo muchas coincidencias entre nuestros blogs así que no te extrañe si te visito con asiduidad.

Un beso