Ya no sé escribir sobre cosas tristes, ya no se armar frases que detonen una historia inconclusa, confusiones, perdidas de memoria, clavos que sobresalen y duelen, ya no sé escribir sobre puertas cerradas y jarros sin agua, sobre malas intenciones y senderos con rejas altas y filudas. Las palabras ya no tienen esos matices tétricos, aunque a veces cuando fluyen son los más hermosos, mientras más preguntas tenía, más intensos eran mis escritos, mientras más minutos felices, me convenzo de que si se es feliz, mientras más tranquilidad, me convenzo de que si existe la tranquilidad y mientras más recetas busco para ello, más entiendo que no existen.
Supongo que la forma de lograr este equilibrio es entender que las respuestas están a la vista, y si, son confusas a veces, son un crucigrama, un rompecabezas, una adivinanza, son un desafío, pero la calma y la espera finalmente logran que siempre esa respuesta sea….SI, CLARO QUE SI.
Tengo tortícolis
Supongo que la forma de lograr este equilibrio es entender que las respuestas están a la vista, y si, son confusas a veces, son un crucigrama, un rompecabezas, una adivinanza, son un desafío, pero la calma y la espera finalmente logran que siempre esa respuesta sea….SI, CLARO QUE SI.
Tengo tortícolis
No hay comentarios:
Publicar un comentario