A veces me encariño con esta ciudad, otras la metería a una maleta y la llevaría a viajar para que conozca, aprenda, crezca y consiga un poco de identidad.
A veces quisiera sacarla a ver un concierto, al cine, a visitar a la familia, le enseñaría a hacer monos con papel lustre, pero no sé hacerlos.
Pero ella insiste en quedarse quieta, en el mismo lugar,,,entonces lo que me queda es tomarlo de la mano, abrigarnos y salir por ella… a ver si algo aprende.
A veces quisiera sacarla a ver un concierto, al cine, a visitar a la familia, le enseñaría a hacer monos con papel lustre, pero no sé hacerlos.
Pero ella insiste en quedarse quieta, en el mismo lugar,,,entonces lo que me queda es tomarlo de la mano, abrigarnos y salir por ella… a ver si algo aprende.
2 comentarios:
Nunca aprendía a añorar Concepción, nunca me sentí parte de este lugar, guarda gente que amo, pero no hay rincones cómplices ni queribles, es una ciudad grande con malas costumbres de pueblo chico....Creo que además de sacarla a pasear, hay que llenarla de agua salada, (con sal todo se ve más vivo, más honesto), arde y reseca, por tanto... deja pensando....un tsunami no? no fue eso, lo último que los hizo despertar?.
EXACTO,,,,,UN BUEN BAÑO DE AGUA SALADA,,,
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