martes, 4 de diciembre de 2007

DESEMPOLVANDO PAPELES


Sus días de temor


Temía al silencio como a las agujas de las gordas enfermeras, como dar la paz en misa las pocas veces que piso una iglesia, al aroma pegajoso del incienso que le recordara un lugar en el que no quiso estar, temía al olor asido de un cuerpo recién lavado.
Como clavos punzantes removían su piel, esa tristeza mounstrosa le llevaba como un trance inesperado a tu casa, a ese sofá que pretendía tragarle mientras observaba cada uno de tus pasos perfectos, cada rincón que te convertía en todo aquello necesario. Hoy no estás y no le teme a nada.

6 comentarios:

Escribidor dijo...

Interesante suerte de poema/relato.
Felicitaciones, y sigue escribiendo.
Besos,
Cristián.

Lecaros dijo...

me gusta cómo escribes, buena idea venir a mirar tu blog. slds!

yorkperry dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jesús Badenes dijo...

Me gusta loq ue escribes. Uns aludo también para tí.

caravaggio dijo...

hola soledad, hacía tiempo que no pasaba por aquí, pero ya veo que sigues en forma... y hasta escribiendo de miedos. oye, y qué bueno tu post anterior. ay, las tetas, la silicona y también los miedos...

saludos desde madrid

rama dijo...

Hay veces que las agujas son indispensable al igual que el silencio, claro, pero no siempre!.