miércoles, 26 de diciembre de 2007


Son mil aguijones y todos se hunden y reparten entre su cabeza y corazón. Nuevamente pidió prestadas las letras, porque nuevamente sintió que amenaza el piso donde reposan sus lánguidos y equivocados pies de mimbre.
Pidió clemencia por no ser un niño cuando correspondía y no ser un hombre cuando la vida se lo pedía, pidió clemencia por no darle mil hijos, por no mirar detrás de sus frágiles lentes, por no tocarle hasta que muriera, por no enseñarle sus muecas todo el tiempo, por no aprender a cocinar con olor a casa, por dejar que su música pasara inadvertida por su cuerpo y el de ella, por dudar mil veces de su amor, por no entender la incondicionalidad cuando ella le mostraba su tul desvergonzadamente, por dejar de escribir, por no necesitarlo, por esconderle sus manos.....
Aun así, con todo el miedo, con los hombros cansados, con la sonrisa durmiendo, con las ganas flotando,,,aun así la amas como ese niño que no supo y ese hombre que recién aparece. Dale ese abrazo que empiezas a esconder, dale un beso de caricatura,

1 comentario:

yorkperry dijo...
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