He perdido aquel vistoso callo en el dedo anular y aparece un rojo insinuante. “olvide escribir y aprendí a teclear”.
Ya no hay papeles arrugados en el basurero, ni tinta desparramada en el cobertor, ni en mis manos. Perdí aquella caja de chocolates donde guardaba servilletas escritas en medio de locuras temporales, boletos de micro con pequeñas frases que usaría para ponerles voz a los protagonistas de mis historias. Olvidé ir al correo con sobres y un par de remitentes. Hoy sólo tecleo y el horizonte es la pantalla, antes lo era ese famoso sauce, que precisamente hoy está podado frente a mi ventana. Olvidé escribir, olvidé las historias que atrapaba mientras iba camino a casa, hoy aparecen cuando me siento frente al computador.
He olvidado describir una mirada curiosa, porque he perdido un poco la costumbre de mirar…olvidé escribrir…..
Ya no hay papeles arrugados en el basurero, ni tinta desparramada en el cobertor, ni en mis manos. Perdí aquella caja de chocolates donde guardaba servilletas escritas en medio de locuras temporales, boletos de micro con pequeñas frases que usaría para ponerles voz a los protagonistas de mis historias. Olvidé ir al correo con sobres y un par de remitentes. Hoy sólo tecleo y el horizonte es la pantalla, antes lo era ese famoso sauce, que precisamente hoy está podado frente a mi ventana. Olvidé escribir, olvidé las historias que atrapaba mientras iba camino a casa, hoy aparecen cuando me siento frente al computador.
He olvidado describir una mirada curiosa, porque he perdido un poco la costumbre de mirar…olvidé escribrir…..
4 comentarios:
no me olvides...
yo
en riguroso copio pego, pongo el mismo comentario de aquella vez:
Me puse a buscar en mi libreta de rayones el último texto que había escrito de puño y letra sin teclas de por medio... Este es el inicio de esa hoja:
"Hablemos del encanto de conocer a una mujer que se llama Soledad... Un universo de ardores y candores cabe en ese nombre..."
P.D. Juro que no estaba arreglado, sólo es el orden de las cosas...
A la vista está que no has olvidado escribir, has perdido el romanticismo de los colores que ofrecía la sombra de ese árbol, al ámparo de sensaciones que ahora la fría pantalla no ofrece.
No vives situaciones pero lo que hay dentro de tí sigue allí y sigues plasmándolo aunque la pluma y el papel no disfruten de tu favor.
Sigue así
A reveure
Pues de verdad que estamos lejos de lo que era escribir a puño y letra, quizás será parte de nuestra evolución.
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