martes, 8 de abril de 2008

DE VISITA AL CEMENTERIO


Con un saco de cemento le das horma a cualquier zapato, sobre él plantas remolinos, autitos, cipreses y camelias. En realidad no necesitas un saco, solo unos kilos y una buena gráfica sobre él, te sientas al lado o sobre el cemento y hablas al aire, miras hacia el lado para que tanto cemento junto te conforme, pero como toda cal es frío e impasible y por más que trances el gris y lo separes en blanco y negro e insistas en atrapar el blanco, el negro siempre es más pegajoso…
La morbosidad inevitablemente a cuestas...

3 comentarios:

Daniela dijo...

A mi alivian los cementerios, los muertos y el silencio, me dejan llorar sin verguenzas, sin temor....., a mi que me carga llorar en pùblico.

Mary HC dijo...

cementerios... muerte...
uff
Rosas rojas
Beso
K

La Miss dijo...

Los humanos es que tenemos unas costumbres curiosas, y cuando de por medio hay muertos ni te digo. Es más, una de las barbaridad mas grandes se me antoja eso de velar a los muertos. No entiendo, ni entenderé que finalidad persigue estar delante el cuerpo de un ser querido que ha muerto.