El domingo, con la sensación de domingo como último día, volví al terruño, mientras Claudina (mi madre), repasaba sus papeles, tal como lo hace su hija, (yo), casi siempre en domingo,,,,,,Entonces, me recosté a su lado y me concentré en los detalles de este nuevo rostro, su rostro, ,,,,,,Un rostro sabio, reflexivo, algo loco, valiente y cercano, el más cercano.

La miraba embobada, como si fuese un descubrimiento y es que lo fue,,,,no sé si es porque sus arrugas me confunden o porque su tranquilidad me conforta.....

Ella me deja mirarla, sonríe de vez en cuando para protegerme, para mimarme, la huelo, la aprieto, la peino y despeino.
Me sentí de vuelta, me sentí a salvo, tanto que no quería perder ese relampagazo, necesité grabarlo como un fósil en mi historia,,,,,y me sentí en deuda, como nunca en deuda, en deuda con ella……. y decirle, gritarle e insistirle, que desde hoy ocuparía su lugar,,,,que si se detiene un minuto y repasa los detalles de este nuevo rostro, mi rostro, se sentirá tranquila y a salvo.