martes, 3 de abril de 2007

El brindis postergado

Salvo mis esquinas y las fotos color sepia, nada me ataba a la casona del padre de mi padre. Mientras caminaba hacia ella la memoria traspasaba peligrosamente el tiempo, aquel tiempo del barro, las polquitas, el tiempo de las ciruelas verdes, los ataques con terrones en las vegas cercanas, ese olor a porotos que torturaba mis mañanas.
Allí estaba yo, frente a la herencia silenciosa que aullaba melancolías distantes.
El sillón de cáñamo permanecía intacto, era lo único en la sala, sin embargo el espacio parecía traspasar la soledad y los ecos de cada uno de mis pasos nerviosos, para llenarse con ese sillón que en algún tiempo pareció gigante y eterno y que hoy era una pequeña silla de mimbre.
Allí solía descansar el hombre, con la vista fija en la ventana que daba a un muro de cemento, como si aquello hubiese sido un paisaje celestial. Permanecía horas concentrado en sus fantasmas, quizás le perseguían desde niño como a mi, y aquel muro no los dejaba irse, el cemento los detenía y lo detenían a él.
Los recuerdos aparecieron uno a uno y el estallido en el estómago fabricó nuevos miedos. Siéntate me dijo el abuelo, que aparece corpulento frente a mi, con la misma postura de aquellos tiempos, seguramente no pudo traspasar el muro y se convirtió, en ese momento, en mi fantasma exclusivo.
Las lágrimas solo brotaron....brotaron como todas aquellas postergadas, como el perdón que nos debíamos, como el abrazo inquieto y torpe que sólo una vez nos dimos.
El abuelo mueve su silla de mimbre y levanta una tabla de ese piso de madera, ya parecido a una tumba improvisada y saca una botella vestida de polvo y telarañas. Abre el corcho con sus gruesas manos, toma un sorbo y me lo da sin decir palabras. Tomo de él con pudor, el sabor de vino era áspero e intenso. Bebí un sorbo ciego y se la entrego, pero ni la silla, ni el abuelo estaban, tampoco el muro de cemento. Salí de la casa con un fantasma menos y una botella a medio terminar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustaron tus escritos...
espero atento los que vendrán, ojalá no demoren...