viernes, 11 de julio de 2008


A medida que crecen mis uñas y me disperso entre tanta cosa, entre opciones, diferencias de clima, de ánimo, diferencias de temperatura, me quedo quieta y absorbo cada tentación como un regalo.
Podría tomar mi maleta y con punto fijo sortear que sería de mi vida lejos de casa, entendiendo que entre tanto y tanto no sé cuál es mi casa, debe ser que recién asumo que el asentarse no es más que dejar crecer esas uñas entre los pastizales más altos, los más brillantes y los que responden sólo a mi sonrisa, esa que nace del alma, sin intención ni cordura.
Entonces recuerdo mi patria, mi Chiloé, su olor, sus grises felices y enteros, la sonrisa que no se despinta, esa que me quita arrugas y suma asiento, recuerdo rincones propios y las veces que prometí llenar cajas y seguir creciendo en esa isla.
Lo que me pasa hoy no es distinto, pues ya no necesito cajas por llenar porque sospecho que las fabricaré de nuevo, en otro lugar, en el otro extremo, pero sólo lo sospecho.
Para desarmar este lindo y siútico relato, os contaré que es el día del PERIODISTA...recibo encantada sus saludos, pues, para los que no saben,,,SOY PERIODISTA

3 comentarios:

Jesús Badenes dijo...

Buenos dias, periodista!

Anónimo dijo...

Yo me confieso, aun no he encontrado mi ciudad. Tampoco sé si la encontraré.
¿Se siente uno bien probando otros sabores sabiendo que a lo mejor serán los definitivos?...

Buenos dias, periodistas!!!

Sese dijo...

Hay un dicho que dice que uno es de donde nace y de donde pace. Aprende a amar tu nuevo destino y el te amará a ti. Y las raíces, nunca las pierdas, propaga su semilla allá donde vayas y así rendirás tributo a tu amado Chiloé.

felicidades periodista