lunes, 23 de marzo de 2009


Un poco de altura de miras, dignidad, sólo un poco, un poco de papel a cuadritos y un lápiz sin tapa.
Para las palabras cuidadas sólo hay una alternativa, cuidarlas hasta que florezcan, hasta que aparezcan solas, atrevidas, explosivas y vulnerables, algo así como la rabia o el pudor, no puedo jugar a ganador con ellas, pues siempre es pelea perdida y como de perder nacen las convicciones, sólo asumo la derrota.
Ya no sé qué escribir, ya no sé de que cursi luna penden estos hilos de siempre, ya no sé porqué no hay palabras en reposo, ni siquiera las hay por si acaso, entonces busco entre antiguas motivaciones, desamparos clásicos, amores perdidos, retornos fallidos, distancias y azules inventados, por último batallas ganadas, nada que un papel a cuadritos pueda detonar.
Entonces me quedo con esto, con la intención de la intención y mientras armo mi maleta, deliro con un pacífico desconocido, con carreteras e historias, con pedazos de cielo que de seguro llenarán mis ganas, las ganas viejas, viejas porque así lo decido de vez en cuando.
Sólo de vez en cuando

2 comentarios:

Sese dijo...

las palabras siempre están ahí, a la espera quetú tengas a bien darles salida. No hay duda que eso se producirá, de hecho ya han vuelto a mostrarse para deleite de todos nosotros.

Un abrazo

Daniela dijo...

"las ganas viejas", esas viejas ganas, las que comprenden más que cualquier mirada, esas que invocamos cuando se cansan las manos, la piel, incluso las nostalgias, "las ganas viejas".

Quizás un poco de mar para traerlas de vuelta, un poco de mar para salar las palabras...para devolver la sed y a los azules inexistentes (e innecesarios)...un poco de mar, como excusa..., porque sabes, sabemos, que las palabras siguen allí, hoy, solo un poquito más enterradas.

te quiero