miércoles, 18 de marzo de 2009


Después de interminables jornadas, agotadoras jornadas de trabajo intenso, como la obrera de las comunicaciones que soy….sin descanso ni tregua, me doy permiso y desempolvo la maleta, a Río de Janeiro los pasajes.
7 días y sus noches, en posición horizontal, caipiriña, sin otra preocupación que mantener un bronceado parejo, despertando con la puesta de sol y como único referente de la hora, el molesto sonido de las olas…
Amo cuando tengo algo que contar...de seguro extrañaré el aroma a oficina...

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