domingo, 29 de noviembre de 2009


Para no sufrir averías, cuando a esta altura la piel ya no puede recuperarse sola, cuando no es capaz de sostener grandes razones para seguir la pelea, para no estar a la par del llanto me despido.
No tengo ninguna excusa para atreverme, ningún derecho para robarte, no hay un nombre que compartamos, no hay historias que nos respalden, salvo aquella que quizás nos inventamos.
A la calma le preside la tormenta, pues cambiemos el juego,,,,,antes siquiera de que se mueva el piso,,, porque firmo ante mi más reciente estrella que vamos a salir muertos de esta batalla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uF! eso sí que suena a soledad...por fin!