lunes, 26 de enero de 2009


Sigo trabajando, trabajando mientras las tropas se fueron detrás de sus merecidas vacaciones, aunque de merecidas me regalo el beneficio de la duda, no me hago cargo de medallas ajenas, ni siquiera de las mías….
Pero bien, ya partieron y me encuentro de frente con la primera la sorpresa del año, no, la segunda… “la oficina en su esplendor”, sola, callada, recién descubro sus recovecos y su color mantequilla de maní, ahora sé que emite ruidos y mientras le sigo la huella a los duendes, me tomo un café, uno que sabe a mañanas apuradas, reuniones, que sabe a eficiencia y eficacia de libros, que sabe a apuro y trato de lidiar con el sabor y acostumbrarlo a los pequeños enanitos, esos que hacen de verdad la pega y entre los dos, bajarnos del trono……..soy solo una pequeña en una gran oficina que sabe y huele a mantequilla de maní…

2 comentarios:

Kitsune dijo...

La oficina está vacía por qué... Llegó el verano!!

Gonxalo Oyanedel dijo...

Incierta la suerte del centinela que queda atrás. Su destino es un tornasol que muda en cada parpadeo...