domingo, 16 de noviembre de 2008


Guardo siempre una hoja de cuaderno arrugada, amarilla e invisible, en ella el compromiso de sostenerla y aguantar el espacio vacío frente a sus derrotas o las mías, dejándola quieta e impasible, para que no hayan oídos ni rostros, sólo una hoja amarilla dispuesta a sostenerme, sostener mi vanidad y orgullo, mis penas solas, mis triunfos solos, mis modos solos, solos y la costumbre del papel curioso y de mi futuro curioso ante él, ante él cuando la vea más amarilla aun y sienta que el pliego si lo puede todo, que el papel mientras más amarillo e invisible, más sensato es con la verdad que antecede.
Lo abro con las tormentas, siempre con las tormentas y las letras parecen desaparecer ante esta nueva aventura que es guardar el papel blanco de hoy, esperando que pronto se vuelva tan invisible como la historia que fue viva, tan viva como pueda, quiera y elija. Tan viva como las 1000 amarillentas hojas que guardo en rincones que elijo para olvidar

5 comentarios:

Gonxalo Oyanedel dijo...

Una hoja amarilla para cuando queremos un trozo de nosotros; para retener segundos de arena que se escurren en cada tarde a solas.

Refresca saber de ti

Besos

Daniela dijo...

hoy guardaré una para mi, aunque dudo, que se vuelvan olvido.

un beso para ti prima.......

yorkperry dijo...

y hace tiempo y frío Andrea...

y hace tiempo y frío.

No, hoy no...

Porque no estás.

Anónimo dijo...

Me gusta el arte
Me gusta la musica

Sese dijo...

Precioso, Soledad

Besos