martes, 21 de abril de 2009


Me es difícil de entender la estructura del poder, su esqueleto, las razones que le animan, sus filtros, sus descaros, las sutilezas, sus dogmas, lo intransable que puede ser, lo resbaladizo y antojadizo de sus convicciones, lo oportuno de sus demandas, la sequedad de ellas. Me es difícil entender que el poder es una escuela, un método exacto, una escalera viva y difícil. El poder es la consecuencia de callar, de observar, de comprar cuando todos dijeron vende.
No entiendo su linaje, sus propósitos ni su encanto, su extremado encanto, inevitable y blanco encanto.
No entiendo al poder ni sus explicaciones, sus pequeños rasgos de humildad y humanidad, sinuosidad y arrogancia, su embestidura de espina y tul.
No sé como terminar este escrito

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